11 ene 2011

Diario de viaje de Mikko Hirvonen

Para ser honestos, la vida de un piloto del WRC parece estupenda. ¿A quién no le gustaría ganarse la vida pilotando coches de rallyes y viajando por todo el mundo como VIP y en primera clase?


Pero a veces la realidad no se corresponde con lo que uno puede imaginar. Y si no preguntádselo al líder del equipo Ford Abu Dhabi, Mikko Hirvonen. Ahora se dirige a Italia para disputar este fin de semana el Rallysprint Bettega. Y con esto mucho diversión, pero esto es tan solo un ejemplo de la ajetreada vida del primer piloto de un equipo.
Mientras que la ‘propia’ temporada de competición terminó hace cuatro semanas, la vida de Mikko y sus compañeros ha sido un tiovivo promocional. Y para Mikko, Italia pone el punto y final a un viaje de vértigo que empezó hace dos semanas y le llevó hasta China. En todos estos viajes, Mikko traía consigo un diario donde escribía sus anécdotas, sintiéndose el Tom Hanks en el remake de ‘La Terminal’. Aquí está su experiencia con sus propias palabras:
“Mi viaje empezó el lunes 29 de noviembre a las 5 horas. Salí de casa para coger el avión de las 9.25 h hacia París - el destino final; Faro, vía Lisboa. Esta sería la parte más fácil... Los días de pruebas con el nuevo Fiesta RS WRC al sur de Portugal fueron bien. El equipo trabajó intensamente y dos días después, sentía que habíamos conseguido mucha experiencia en la superficie dura. Todo parecía ir bien.
Pero aquí es donde mi viaje empezó a ir mal. En Portugal no hacía frio pero llovía a cántaros. En el resto de Europa hacía mucho frío, con nieve y hielo. En el aeropuerto de Ámsterdam no pudieron arreglárselas con estas condiciones. No sé cuál era la temperatura allí, pero creo que unos -1 grados con 2 cm de nieve. Al ser finlandés, diría que esto no es nada comparado con lo que puedes encontrar en Helsinki (-6 grados y 15 cm de nieve).
Los 2 cm de nieve me causaron un sinfín de problemas. Cuando llegué a Ámsterdam, estuvimos una hora en la pista de aterrizaje para llegar a la Terminal y perdí el siguiente avión. Luego estuvimos 3 horas esperando para que al final el piloto regresara a la Terminal...
Los holandeses cerraron la pista de aterrizaje y aquella noche no pudimos ir a ninguna parte. Llamé a mi fantástico encargado de prensa y me consiguió un vuelo, pero desde Dusseldorf. Alquilé un coche y me fui - sin mi equipaje. Pero no iba demasiado rápido por cierto, con un pequeño Daihatsu. Era esto o el Fiat 500 de color rosa - ¡no iba a conducirlo.


Cuatro horas más tarde miro mi GPS y me dice que estoy a 35 km de la Terminal. Me dirijo hacia el Hotel Sheraton en Dusseldorf, pero sin reserva no me dan ninguna habitación. Pido un taxi hacia otro hotel, ¡debo mantenerme positivo!

El vuelo de Dusseldorf sale puntual a las 9.10 horas y llego a Helsinki a las 12.30 h. Pero lo que no os he comentado es que mi vuelo hacia China sale a las 18.25 h de la tarde, por lo que no tengo tiempo de ir a casa. Llamo a mi padre y llega al aeropuerto con ropa limpia y un cepillo de dientes al mismo tiempo que me llaman y me comentan que mi equipaje ha llegado a Helsinki...
Casi no me queda bacteria al móvil, esto me pasa muy a menudo... Después de una sauna en el aeropuerto de Helsinki me dirijo a Beijing con mi viejo y mi nuevo equipaje - ¡voy demasiado cargado para dos días en China!
El vuelo a Beijing no se había retrasado. Todo parecía ir bien. Pero el avión tuvo un fallo técnico mientras rodaba por la pista, por lo que es suficiente para dejar los pasajeros en un hotel del aeropuerto. Empiezo a pensar que alguien me ha echado una maldición y por ganas les prestaría mis mecánicos para arreglar el avión... Pero a las 4 h de la mañana decido que la mejor opción es quedarme al hotel. Nos aseguran que el avión saldrá de Copenhagen a las 13 horas del sábado 4 de diciembre y al final sale a las 15.15 horas.
El aeropuerto de Beijing es un caos. En la cola para verificar el visado me espero 15 minutos para que el chico me lo revise. ¿Puedo ayudarle? No creo que sepa que en alguna parte y que para algunos son las 6 de la mañana. Finalmente con el pasaporte me dirijo hacia la oficina de Air China, pero creedme si digo que no encuentran mi reserva, pero por suerte me dejan salir con el primer vuelo.
¡Guangzhou ya vengo! Voy 18 horas tarde, se suponía que debía estar en la última prueba del Campeonato del Mundo de Turismos. Por suerte pude asistir a la cena de Gala de presentación de los ganadores con sus trofeos pero antes tuve que dormir tres horas para quitarme todo el cansancio. El equipo había ganado el título y todo el mundo estaba muy feliz.


De hecho también asistí al Circuito de Guangdong para pilotar el Focus con algunos periodistas, atender una pequeña rueda de prensa y fotografías.

Ha sido un viaje muy breve en China. Ver la maravillosa montaña Dinghu y comer cosas que no puedo identificar, ¡me encantan los retos! Al final le he sacado algo de provecho.
La primera cosa que hago el martes por la mañana es levantarme esperando regresar a Europa sin problemas. Me comentan que se ha derretido una parte de la nieve que me causó tantos problemas, por lo que todo parece ir en la buena dirección.
O esto pensaba... Pero el vuelo que tenía que salir a las 8 horas hacia Beijing sale a las 10. Lo que significa que solo me quedará una hora para recoger mi equipaje y facturar para el vuelo de Stockholm. Como se podía predecir, pierdo el vuelo. La chica de SAS me busca un vuelo a Copenhagen pero me comenta que todos los aviones hacia Helsinki están completos y que estoy en lista de espera. Justo lo que necesitaba...
Al final me consiguen un vuelo y... ¡volar hacia Helsinki es la mejor sensación del mundo! En los últimos días he estado en Zurich con mi familia. Es un bonito lugar para relajarse.
Cuando leas esto, estaré camino al Rallysprint Bettega en Italia, por suerte esta vez en coche. No quiero ver más Terminales hasta el lunes, que volaré hacia Suecia para el test y a Abu Dhabi antes de volver a casa el 22 de diciembre. No estoy seguro de cuantas terminales habré visitado antes de regresar...”

No hay comentarios:

Publicar un comentario